Desde hace casi 20 años, cada 17 de mayo, se conmemora el Día de Internet. La iniciativa fue impulsada por organizaciones de la sociedad civil y adoptada por Naciones Unidas, como Día de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información. Más allá de la denominación, una pregunta importante para gobiernos, ciudadanos y empresas es ¿qué exactamente estamos conmemorando?
Han pasado varias décadas desde que ARPANET, el proyecto militar estadounidense que desarrolló un protocolo de comunicación entre computadoras ubicadas en distintos lugar. El objetivo planteado era acceder a información desde diversos puntos para evitar quedar aislados o incluso perder información en caso de un ataque militar. La idea de una red descentralizada fue, más que creada, adoptada y adaptada por especialistas de varias universidades que estaban en contacto con organizaciones sociales.
Poco a poco, internet se fue migrando de un protocolo de comunicación entre máquinas y un modelo de gestión de información, en una gigantesca red. La red de redes o World Wide Web, es quizás la institución más extendida del mundo, sobre gobiernos y empresas, gracias a los intercambios entre diversas comunidades, el financiamiento de organismos públicos y privados y el acelerado desarrollo tecnológico de las últimas décadas.
Hoy, es difícil distinguir donde termina nuestra individualidad o privacidad y donde comienza la red. El masivo acceso a internet móvil, ha hecho que nuestros teléfonos sean casi un órgano más de nuestro cuerpo. Casi podríamos decir que no nos conectamos o desconectarnos a la red a voluntad, sino que estamos intrísecamente conectadxs. El mundo gira cada vez más sobre la idea de que todxs estamos y queremos estar conectadxs.
Casi sería una anécdota que la mitad de la población mundial no tenga acceso permanente a internet, de no ser porque con seguridad, muchas empresas tienen información de ellxs. Esta es quizás una de las más grandes paradojas de nuestro tiempo: resulta casi imposible desconectarse de la red de redes y no estamos plenamente conscientes de ello.
Cada 17 de mayo y cada día, deberíamos recordar que así como festejamos los progresos técnicos y la expansión de internet, hay una inmensa porción de personas que no tienen las herramientas para aprovechar internet para sus intereses y sus derechos y que estamos produciendo un mundo en el que fingimos que todxs estamos conectadxs. Ni militar, ni privado, internet es plural, diverso, comunitario y descentralizado.